La nota llevaba un título
significativo: “Un acto conmovedor de la madre... le donó parte de su hígado
y volvió a darle vida a su bebé... tiene dieciocho meses... y nació con... el
trasplante se hizo con éxito...” Alguien cercano a la familia se expresó
así: “Es un verdadero gesto de amor el de... teniendo en cuenta que en pocos
días más será el Día de la Madre...”
Al leer esto, más allá de la muy
difícil situación del niño y del dolor de la familia, pensé: ¡Cuántas tonterías
opina la gente! ¿Cómo esos padres (ya que ambos eran compatibles pero los
médicos decidieron que la donante fuera la madre por contextura física) no
realizarían este acto por su hijo? ¡Claro que lo hicieron y sin importar si se
acerca o no el festejo del Día de la madre!
La Biblia nos habla del Amor materno
de la siguiente manera:
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“...¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?...” (Isaías 49:14-16)
Los padres no suelen olvidarse de sus
hijos, pero en caso extremo de que lo hicieran, en la Biblia también
encontramos esta promesa en cuanto a nuestro Dios:
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“...aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida...” (Isaías 49:15)
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“Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo Jehová me recogerá” (Salmos 27:10)
¿Y por qué esto es así? Por la simple
pero valiosísima razón de que Dios nos ama y nos trata como a hijos:
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“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón sino de Dios” (Juan 1:9-13)
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“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Dios nos amó y realizó semejante
sacrificio, no por bebés inocentes, sino por culpables no
arrepentidos:
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“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu” (1 Pedro 3:18)
Si el amor imperfecto de padres
humanos puede ser tan grande... ¿ómo describir el Amor de Dios hacia
nosotros?
Recordemos: Dios
realizó el mayor Acto de Amor de un Padre entregando a Su Propio Hijo inocente
por nosotros pecadores...
TBS
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