viernes, 5 de octubre de 2012

¿Mitos o Verdades?


La revista enumeraba una serie de mitos de todo el mundo diciendo: “Todos sabemos que...” explicando lo que acostumbramos a creer por haberlo escuchado, leído sobre ello o visto... ¡y los refutaba!

“Los esquimales inuit no viven en iglús y aunque es cierto que los construyen solo son para excursiones de caza y migraciones y muchos ancianos jamás han oído hablar de ellos...¡ah!... y tampoco se frotan las narices para besarse. Esto parece haber sido la impresión de los primeros exploradores europeos debido a que las gruesas pieles que usaban para cubrirse parecían excluir cualquier otra posibilidad de demostración de afecto”

El autor termina diciendo: “como he comprobado frecuentemente en mis viajes, la realidad es tan interesante como el mito”

¿Qué creemos nosotros? ¿Son nuestras creencias acerca de Dios, la Salvación, la Eternidad y aún la vida cristiana de todos los días mitos inventados, costumbres acomodadas a los gustos o necesidades de alguien o verdades irrefutables de la Palabra de Dios?

El Señor Jesucristo dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40)

“...a vosotros os parece... y no queréis...” Tenemos que entender la diferencia entre lo que creemos que dice y lo que realmente dice la Biblia. Debemos prestar atención al contexto, a quien fue dirigida y en qué circunstancias, en general, al progreso de la enseñanza.

A modo de ejemplo consideremos que la Ley del Antiguo Testamento, en lo referente a la alimentación, decía:
  • “... Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra...” (Levítico 11:2)
Luego, a Pedro hubo que convencerlo que comiera otra cosa:
  • “... Pedro subió a la azotea para orar... Y tuvo gran hambre, y quiso comer... y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo... en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces...” (Hechos 10:9-16)
  • “De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud” (1 Corintios 10:25-26)
Así como en este caso, también podemos encontrar otras enseñanzas en el Nuevo Testamento que Dios estableció ampliando o modificando lo que se conocía o hacía en otros momentos y lugares.

Efesios 5:15-17 nos dice: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios... por tanto no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”

Ser entendidos nos lleva a analizar lo que creemos, conocer si lo que consideramos como ley se sostiene hasta los últimos capítulos de la Palabra de Dios.

Seamos realistas y veraces, no enseñemos mitos sino lo que verdaderamente dice Dios en Su Palabra...

Recordemos: No podemos agregar ni quitar letras, palabras ni verdades a aquello que Dios nos dejó para nuestro bien...
TBS

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