viernes, 23 de noviembre de 2012

Atrapar los pensamientos…


La nota decía: “Cómo aquietar los pensamientos” y alguien testimoniaba lo siguiente: “Yo pienso demasiado, eso es lo que me dicen... aunque no sé lo que signifique ya que nunca he sido otra persona... mientras otros solo piensan en hacer algo y luego no vuelven a recordarlo hasta que llega la hora de concretarlo, yo cambio de opinión cinco veces sobre lo que voy a hacer... la mente se me dispara para perseguir cualquier pensamiento...”

Esto es un mal común del ser humano, y la Biblia no escatima consejos y enseñanzas acerca de los pensamientos y cómo sobrellevarlos o encaminarlos. Generalmente éstos suelen ser desobedientes y rebeldes, ya que el Señor nos dice:
  • “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5)
  • “Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos” (Isaías 65:2)
  • “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5)
  • “Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?” (Mateo 9:4)
El salmista entendía perfectamente esta situación, al decir:
  • “En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma” (Salmos 94:19)
No importa cuáles sean nuestros pensamientos, Dios los conoce:
  • “Y tú Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padres, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos...” (1 Crónicas 28:9)
  • “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad” (Salmos 94:11)
  • “Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?” (Lucas 5:22)
La persona de la nota decía que no entendía lo que era pensar demasiado porque nunca había sido otra persona. Bueno, Dios nos hace nuevos cuando nos redime, nos renueva incluyendo por supuesto, nuestra manera de pensar la cual sale del corazón:
  • “Porque del corazón salen los malos pensamientos... estas cosas son las que contaminan al hombre...” (Mateo 15:19)
  • “...todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás... En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Efesios 2:3; 4:22-23)
  • “...y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7)
En Romanos 12:2 leemos:
  • “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
Recordemos: Nuestros pensamientos por sí mismos corren desenfrenadamente... Solamente en Dios pueden dirigirse hacia un buen fin...
TBS

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