miércoles, 28 de noviembre de 2012

Bien encaminados...


Dentro de la extensa nota del periódico se leía: “La mayor preocupación de... radica en la búsqueda de antídotos para lo que diagnostica como la pérdida de rumbo... y es en ese contexto que crece el temor a un desgaste vertiginoso... Cuando uno toma mal una ruta,, puede avanzar, pero en una dirección diferente a la que se había fijado... y en lugar de llamar a especialistas en control de daños, se apoya en gente que lo que quiere es vencer la ley de gravedad”

Perder el rumbo es algo natural en el ser humano. Por ello es que Dios nos recuerda constantemente que volvamos al camino correcto:
  • “...y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora... ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos?... Ciertamente vuestros caminos no son rectos” ( Ezequiel 18:25,29)
  • “Todos se desviaron a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmos 14:3)
Lo maravilloso de la Obra de Dios es que El no nos deja simplemente con la advertencia de nuestro error y desvío, sino que nos señala el camino correcto, nos marca claramente el nuevo rumbo y nos muestra el lugar a donde deberemos llegar:
  • “Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás... Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos... pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” (Salmos 31:3 32:8; 91:11)
  • “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino... largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz...” (Proverbios 3:13-17)
  • “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1)
  • “Me has guiado según tu consejo, y después me recibirá en gloria” (Salmos 73:24)
Si insistimos en andar por nuestros caminos, no nos olvidemos de Hechos 5:38-39:
  • “...si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios”
Es mejor que nos examinemos y digamos como en Job 31:7:
  • “Si mis pasos se apartaron del camino, si mi corazón se fue tras mis ojos....”
Entonces comprometámonos con el Señor, y digamos como en Deuteronomio 26:17:
  • “Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardará sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz”
Recordemos: Mejor es estar en el Camino del Señor un día que mil lejos de El...
TBS

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