viernes, 1 de marzo de 2013

Bendecidos


La Biblia nos dice: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20)

La nota llevaba por título: “El poder del salario” y afirmaba: “La gente recibe por parte del... billetes por un valor nominal que se deteriora a lo largo del tiempo... es decir que cuando son utilizados sirven para comprar una cantidad menor de bienes debido al aumento de precios...”

¡Qué diferencia abismal con lo que Dios nos brinda! Aunque El no nos da simplemente un salario, sino que nos provee superabundantemente para cada área de nuestras vidas:
  • “El provee de sana sabiduría a los rectos...” (Proverbios 2:7)
  • “Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo...” (2 Corintios 9:10-11)
  • “... porque miras el trabajo... para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres amparo del huérfano... Jehová es mi pastor, nada me faltará... Temed a Jehová todos sus santos, pues nada falta a los que le temen” (Salmos 10:14; 23:1; 34:9)
Pero también nos dice que aquellos que se dedican exclusivamente al ministerio son dignos del salario por su tarea, sin abusar de ello:
  • “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Pero yo de nada de esto me he aprovechado...” (1 Corintios 9:13-15)
  • “Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario” (1 Timoteo 5:18)
Podemos estar seguros que cuando servimos al Señor, nuestras bendiciones se verán abundantemente aumentadas, pues estaremos haciendo lo que le agrada y es Su voluntad:
  • “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4)
  • “Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo” (Salmos 100:2)
Luego, cuando llegue el momento de estar en Su presencia, nos dará la recompensa final:
  • “... cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor... Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa” (1 Corintios 3:8, 14)
  • “Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:24)
  • “He aquí que yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” (Apocalipsis 22:12)
Recordemos: Debemos ser fieles en nuestro servicio al Señor, y El se ocupará de nuestras necesidades
TBS

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