En la Biblia leemos: “Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”
(Hebreos 4:15)
La nota decía lo siguiente: “Hace
años en... un taxista me preguntó de dónde era yo... se quedó asombrado de que
fuéramos tan pocos y que nuestra lengua no fuera... Por último me preguntó
cuáles eran nuestros enemigos... con qué pueblos estábamos en guerra desde hacía
siglos por reivindicaciones territoriales, odios étnicos, violaciones de
fronteras, etc... le dije que con nadie... ¿cómo es posible que haya un pueblo
que no tenga enemigos?... al bajar se me ocurrió que no teníamos enemigos
externos, porque estamos siempre en guerra entre nosotros
mismos”
La Biblia nos anima a no tener
enemigos:
-
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9)
-
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18)
-
“Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera...” (2 Tesalonicenses 3:14-16)
-
“...Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén” (1 Pedro 5:14)
Y nos previene en cuanto a nuestras
“guerras internas”:
-
“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas cosas de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7:21-23)
Esto es parte de nuestra naturaleza
heredada por medio de Adán. Sobre ello, el Señor Jesucristo nos
prometió:
-
“...Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva... el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna... Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 4:10, 14; 7:38)
Mientras más “caudalosos”
sean estos “ríos internos” más fuertemente podrán arrasar con la
impureza natural de nuestro interior.
-
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)
-
“No os embriaguéis con vino, en los cual hay disolución; antes sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con himnos y cánticos espirituales...” (Efesios 5:18-19)
-
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7)
Recordemos:
Solamente el Poder del Espíritu de Dios quitará aquello que nos provoca
conflicto interior...
TBS
No hay comentarios:
Publicar un comentario