martes, 19 de marzo de 2013

El Cuerpo...


La Biblia nos dice: “...Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:23)

La revista traía un poster gigante del esqueleto humano con los nombres de cada hueso y una breve explicación de sus funciones. Decía así: “El esqueleto da forma al cuerpo, sustenta el peso de los demás tejidos, proporciona fijación a los músculos y forma un sistema de palancas vinculadas que éstos pueden mover. Además tiene un papel importante en la protección de órganos y tejidos delicados”

Al leer esto pensé en varias cosas...

Primeramente en la maravillosa Creación de Dios, en las personas de Adán y Eva:
  • “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente... Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él... Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre...” (Génesis Capítulo 2)
Luego, en la increíble descripción del Salmo 139 acerca de nuestra formación como seres humanos:
  • “Porque tú formaste mis entrañas, tú me hiciste en el vientre de mi madre... No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos...”
Finalmente en lo que Pablo nos enseña sobre los creyentes y la Iglesia de Cristo:
  • “...sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16)
  • “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios” (Colosenses 2:18-19)
Observando la singular composición, forma y sincronización del esqueleto solamente podemos quedar maravillados de la Obra de Dios.
  • “Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (Salmos 139:14)
Recordemos: Dios pensó en todos los detalles de nuestro cuerpo humano y en los de Su Cuerpo, la iglesia, para que todo funcione en armonía...
TBS

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