martes, 12 de marzo de 2013

Construcción


La Biblia nos dice: “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:15)

La nota explicaba sobre “estructuras de la construcción... solo produce para sus propias obras... supervisa cada paso de la producción... gestión de calidad...”

Se refería a una persona que construyó su empresa desde lo esencial, unas simples herramientas de trabajo, hasta ser hoy en día una importante productora, con crecimiento continuado y ascendente. El mismo ejecutor de esta obra dice de sí “que de ser un puntito, ahora somos una molestia importante para la competencia”

No son válidas las comparaciones, debido a la magnitud de una y otra, pero me llevó a pensar en lo que la Biblia nos dice sobre la Obra del Señor:
  • “... esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:10)
Nuestro Dios hace su Obra, en la Tierra en general y en nosotros en particular:
  • “Él fundó la tierra sobre sus cimientos, no será jamás removida” (Salmos 104:5)
  • “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:20-22)
  • “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5)
Su Obra en nosotros es continuada y permanente. Nuestro crecimiento debe avanzar, desde la Salvación hasta la Eternidad:
  • “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias...” (Colosenses 2:6-7)
  • “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y esto según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire como sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno, cual sea, el fuego la probará” (1 Corintios 3:6-14)
Recordemos: Dios hace su Obra en cada uno, y luego nos usa como Sus herramientas para divulgarla...
TBS

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