sábado, 9 de marzo de 2013

Firmeza


La Biblia nos dice: “El que habla verdad, declara justicia, mas el testigo mentiroso, engaño” (Proverbios 12:17)

La información se refería a un conductor radial, que recientemente cambió su trabajo a una emisora de diferente ideología a la suya, y afirmaba: “Un paso atrás. Para competir con... se mimetizó con su rival... comienza a vampirizar a... y comprarle sus programas y periodistas... no es convincente... no es creíble... no es que mienta sino que lo verdadero debe adecuarse a lo falso... indudablemente ineficaz...”

Leer esto me llevo inevitablemente a pensar en el peligro constante al que nos exponemos y a la posibilidad latente de dejarnos arrastrar por algo similar a esto en la carrera de nuestra vida:
  • Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo...” (2 Pedro 3:17-18)
Podemos colocarnos inadvertidamente en situaciones en que, sin llegar a hacernos mentirosos, tampoco nos permitan ser completamente veraces. Por ello es que el Apóstol Pablo nos enseña sus métodos:
  • “No damos a nadie ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado... como ministros de Dios... en palabra de verdad, en poder de Dios...” (2 Corintios 6:3, 4,7)
  • “Mucha franqueza tengo con vosotros... Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa... porque fuisteis contristados para arrepentimiento” (2 Corintios 7:4,8-9)
  • “que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por palabra, ni por carta... Nadie os engañe en ninguna manera... Así que hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra...” (2 Tesalonicenses capítulo 2)
Estas cosas pueden sucedernos si dejamos de valorar la Palabra de Dios y nos concentramos en beneficios personales intrascendentes y efímeros. La pérdida que sufriremos a causa de ello será infinitamente mayor que un poco de fama y dinero:
  • “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo” (2 Juan 8)
Seamos cuidadosos y perseverantes en lo que hemos creído y aprendido, enseñándolo asimismo a otros:
  • “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores... por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó... porque todo lo que Dios creó es bueno... porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado. Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas...” (1 Timoteo 4:1-7)
Debemos saber que Dios premia la fidelidad:
  • “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6)
Recordemos: Si nuestros ojos miran hacia la meta correcta, nuestras acciones serán coherentes con ella.
TBS

No hay comentarios:

Publicar un comentario