jueves, 28 de marzo de 2013

¿Qué opinión vale más?


La Biblia nos dice: “¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él” (Proverbios 26:12)

El diario reproducía una frase de Lord Byron: “La mejor opinión sobre las cualidades de mi persona, me la doy yo”

Y es verdad... ¿Cómo pensar mal de nosotros mismos? ¿O cómo no pensar lo mejor de nuestras personas?
Nos cuesta reconocer errores, corregirnos, aceptar que tenemos malos hábitos o pésima conducta... Para nosotros mismos, resultamos perfectos...

Sin embargo, si consideramos la opinión de Dios, El nos dice:
  • “Digo pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3)
  • “Habrá hombres amadores de sí mismos... vanagloriosos... Soberbios... infatuados...” (2 Timoteo 3:2-4)
Reconocer las falencias propias requiere de una actitud humilde, lo cual por supuesto es diametralmente opuesto a la soberbia natural que nos domina y en ocasiones nos dirige.

El salmista decía:
  • “Preserva también a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión” (Salmos 19:13)
En Proverbios leemos:
  • “El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco... Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría... Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos...” (Proverbios 8:13; 11:2; 30:12)
¿Qué nos conviene? Que otros reconozcan nuestra “grandeza” si es que la hay en alguna manera.
  • “Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles: Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lucas 14:7-11)
Pero, siempre, lo más importante será cómo nos vea el Señor:
  • “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus. Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados... Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones” (Proverbios 16:2-3; 21:2)
Recordemos: Es más valiosa la Opinión del Señor que la de los demás seres humanos, o aún la nuestra propia...
TBS

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