sábado, 23 de marzo de 2013

¿Buenos?


La Biblia nos dice: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando lo que es agradable al Señor” (Efesios 5:8-10)

Los comentarios de la nota remarcaban las frases de una persona que ocupa un lugar sumamente importante en la sociedad, que proclamaba y exigía al público que escuchaba su disertación “esfuerzo para que en cada uno aflore lo bueno y lo mejor, que tengamos fuerza suficiente para dejar de lado lo malo, lo feo, el odio...”

Si bien la Biblia nos enseña a superar situaciones y sentimientos, sobreponiéndonos a ofensas y heridas, mostrándonos caritativos, bondadosos y preocupándonos por el bien del prójimo, también nos dice que todas estas cualidades son el resultado de la Obra del Espíritu Santo en nuestro interior:
  • “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23)
Sin embargo, no podrá salir de manera natural el bien y la misericordia de ese interior, porque como el Señor mismo nos advirtió, mediante su Palabra “nada bueno hay en nosotros”...
  • “...Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisiereis” (Gálatas 5:16-17)
  • “Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno... Cada uno se había vuelto atrás, todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno... Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles...” (Salmos 14:3; 53:3 Romanos 3:12)
Esa obra de bondad la hace Dios en nosotros a través de su Espíritu, el cual nos sella una vez que fuimos salvos:
  • “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria... Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 1:13; 4:30)
Entonces, deberíamos considerar en qué situación nos encontramos frente al Dios Poderoso, y cuáles son los resultados de nuestra fe en el andar diario.
  • “Sed, pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36)
  • “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo” (2 Timoteo 2:19)
Recordemos: En la naturaleza humana no existe el bien... Si Dios no hace su Obra, nada podremos cambiar nosotros...
TBS

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