jueves, 29 de agosto de 2013

El Peligro de la Vida…

Los personajes terribles como Ted Bundy se repiten a lo largo de la historia. Algunos de ellos como Adolfo Hitler o Idi Amín Dada fueron jefes de estados a los que impregnaron de su propia crueldad asesinando a personas inocentes solo para saciar sus ansias de poder.

Debemos considerar que la historia humana, de Caín hasta la fecha, nos presenta innumerables ejemplos de personas aparentemente “normales” que llevaron actos horribles en contra de sí mismos y otros.

En este caso menearemos la cabeza y con un dejo de tristeza afirmaremos… “¡Es horrible lo que hace el pecado y vivir separado de Dios a las personas!”

Podemos reflexionar que la condición humana es tan inestable como la combinación del sodio con el agua; ambos elementos por separado son útiles y beneficiosos, pero juntos reaccionan violentamente. Dentro de cada persona que habita sobre la tierra hay componentes en ebullición que usados convenientemente pueden generar la belleza de un cuadro o la armonía de una sinfonía, pero puestos bajo presión y enfocados desacertadamente traen aparejados dolores imposibles de prever.

Al Apóstol Pablo le preocupaba el Mensaje que debía transmitir en referencia a la Obra de Redención, y la necesidad imperiosa del ser humano de Perdón y Misericordia de Dios. Alguien que piensa que está sano no va a considerar imprescindible, ni urgente acercarse a un hospital. De la misma manera, nadie que no se considere condenado y pecador va a acudir a Dios en busca de perdón.

Para enseñar claramente ese concepto el Apóstol divide a la Humanidad en tres grandes grupos que podríamos describir de esta manera:
  • Los depravados (Romanos 1:21-32)
  • Los moralistas (Romanos 2:1-16)
  • Los religiosos (Romanos 2:17-29)
Y luego de presentar esta semblanza de la condición humana recuerda que “todos están bajo pecado” (Romanos 3:9) tras lo cual afirma con absoluta convicción:
  • “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (Romanos 3:19)
Es interesante observar como el argumento de Pablo va delineando la escalera descendente de la depravación humana. En el Capítulo 1 de Romanos, después de decir que la existencia de Dios es una obviedad para quien presta atención a las cosas creadas, se dedica a mostrar hasta donde puede caer un hombre si se deja dominar por sus deseos:
  • “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos” (Romanos 1:24)
  • “Por eso Dios los entregó a sus pasiones vergonzosas…” (Romanos 1:26-27)
  • “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28)
¿Que esperanza tiene entonces la humanidad? La certeza absoluta de esta verdad: “Mas Dios muestra su Amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)

Recordemos: La Vida es un Peligro… Si vamos tras nuestros deseos la caída será libre y sin red de contención…
DECH

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