sábado, 31 de agosto de 2013

Elección de Vida...

Nuestra sociedad es salvajemente consumista; cada día surgen novedades que dejan en la condición de trastos viejos aquellas maravillas tecnológicas que compramos hace poco tiempo con mucho esfuerzo y entusiasmo. No es suficiente tener algo para vender, esto debe ser lo suficientemente atrayente como para entrar por los ojos y generar un deseo irresistible por comprarlo…

Desde el comienzo de los tiempos el ser humano ha sido seducido por aquello que le parecía atractivo…
  • “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar sabiduría y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3:6)
En sintonía con este concepto el Apóstol Juan agregaba:
  • “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”  (1 Juan 2:16)
¿Cuál es la secuencia que nos demuestran estos pasajes?
  • Lo VEO – Los deseos de los ojos
  • Me GUSTA – Los deseos de la carne
  • Lo QUIERO – La vanagloria de la vida
Salomón también decía:
  • “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena” (Eclesiastés 2:10)
Eclesiastés capítulo 2 es un verdadero canto al egoísmo. El uso permanente de expresiones tales como: “mi corazón”, “mi carne”, “mis obras”, “para mí”, “me hice”, “me amontoné”, manifiestan el enfoque egocéntrico de Salomón en esta etapa de su vida. Todo giraba en torno a sus pasiones desenfrenadas. Cuando Salomón construyó el trono de oro y marfil para su palacio simplemente estaba manifestando aquello que sucedía en su corazón…

Pero lo verdaderamente lamentable se encuentra en el verso 11 del Capítulo 2:
  • “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (Eclesiastés 2:11)
No es posible transitar por dos veredas… sabiduría y necedad son opuestos como el agua y el aceite; expresado en un dicho popular sería algo así como pretender “estar bien con Dios y con el diablo”. Salomón lo intentó y su reflexión final fue que todo ello no tuvo sentido…

Santiago nos previene:
  • “…Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia después que ha concebido da a luz el pecado, y el pecado siendo consumado, da luz a la muerte” (Santiago 1:14-15)
Concretamente, el egoísmo llevado al extremo transforma una vida normal en un verdadero peligro…

Recordemos: Podemos hacer de nuestra existencia un arma o una medicina… Es sencillamente una cuestión de como elegimos vivir…
DECH

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