miércoles, 28 de agosto de 2013

Salvación para el pecador...

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9)

El 24 de enero de 1989 a las 7:04 a.m. Theodore (“Ted”) Robert Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica. Según se reporta, tuvieron que sacar a Bundy de su celda por la fuerza. Afuera de la cárcel numerosas personas esperaban la noticia y cuando el vocero de la institución declaró la muerte de Bundy se escucharon vítores y aplausos, incluso hasta lanzaron fuegos artificiales.

Este breve informe es espeluznante… ¿Quién podía merecer tanto desprecio como para que su ejecución fuera festejada con fuegos artificiales?

Ted Bundy fue uno de los más crueles y sádicos asesinos en serie de la historia. Cuando fue ejecutado solo tenía 43 años y una larga carrera de terror sobre sus hombros. Más allá de circunstancias adversas en su niñez y juventud, no hay nada que explique como un hombre, que supo destacarse en los estudios de derecho y que recibiera una condecoración de la policía de Seattle por salvar a un pequeño de 3 años de morir ahogado, pudo llegar a tales niveles de sadismo.

La historia humana, de Caín hasta la fecha, nos presenta innumerables ejemplos de personas aparentemente “normales” que llevaron actos horribles en contra de sí mismos y otras personas.

Dentro de cada persona que habita sobre la tierra hay componentes en ebullición que usados convenientemente pueden generar la belleza de un cuadro o la armonía de una sinfonía, pero puestos bajo presión y enfocados desacertadamente traen aparejados dolores imposibles de prever.

Desde este punto de vista debemos reconocer que administramos una carga peligrosa, el menor descuido puede llevarnos al desastre… Por eso es necesario recordar que: La Vida es un Peligro… Potencialmente podemos generar mucho daño a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

Dios, de manera Maravillosa y Soberana, estableció un Plan Perfecto para rescatar a la Humanidad perdida en el pecado y separada de El por la Eternidad:
  • “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la Gloria de Dios”  (Romanos 3:23)
La manera de hacerlo fue por medio de Su Amor expresado en el Sacrificio de Cristo para llevar la culpa generada por nuestra propia maldad:
  • “Mas Dios muestra su Amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)
  • “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de  Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23)
Toda la carta a los Romanos está impregnada de este sentir: La Justicia de Dios es aplicada al ser humano, gracias a la Preciosa Sangre de Cristo, solamente por medio de la fe...
  • “Porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Más el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17)
Recordemos: La Salvación obtenida por el Señor Jesucristo puede alcanzar al corazón más pervertido…
DECH

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