viernes, 2 de agosto de 2013

Enseñar correctamente...

En la Biblia leemos: “Oye hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida” (Proverbios 4:10)

La nota llevaba un título extraño: “Proponen multar a los padres que agredan a maestros”. Luego explicaba las razones: “Poner límites a los padres que agreden física o verbalmente al personal docente, no docente, directivos...  ofenden con burlas, mofas, palabras, señales o actos...” Además propone incorporar al Código de Faltas la “omisión del deber de vigilancia activa de los padres, que establece obligaciones que deben cumplir los progenitores o tutores de los menores”. El proyecto intenta recuperar la autoridad pedagógica.

¡Cuántas noticias se escuchan acerca de padres agresivos con los maestros de sus hijos! Es cierto también que hay maestros que no cumplen con sus obligaciones correctamente o que dañan a los niños con sus malas acciones.

Pero cuando se trata de los padres, la Biblia nos habla claramente en cuanto a la instrucción y disciplina que debemos darles y enseñarles a nuestros hijos:
  • “El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos, para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios” (Salmos 78:5)
Para que el hijo aprenda, los padres deben enseñar:
  • “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padres, y no dejes la enseñanza de tu madre... te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen” (Proverbios 6:20-23)
Si los padres no cumplimos mínimamente con estos requisitos, ¿qué se puede esperar de los niños? Pero para enseñar bien a sus hijos, los padres deben haber aprendido primero:
  • “Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia mejor que el oro escogido... El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría... Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría” (Proverbios 8:10; 15:33: 23:12)
Más allá de estar de acuerdo o no con lo que el resto de los maestros enseñe a nuestros hijos, los padres debemos actuar como tales, enseñándoles todo lo necesario para su desarrollo correcto.

En Proverbios también leemos:
  • “Cesa hijo mío, de oír las enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría... Oye hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino... Oye a tu padre, a aquel que te engendró, y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. Compra la verdad y no la vendas, la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia” (19:27; 23:18, 22-23)
Que nuestros hijos puedan decir:
  • “Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos” (Salmos 44:1)
Recordemos: Enseñemos correctamente a nuestros hijos, y ellos actuarán de igual manera delante de los demás...
TBS

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