martes, 27 de agosto de 2013

¿Entendemos la vida?

El Apóstol Pablo decía: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día… No mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:16, 18)

No debemos escatimar esfuerzos para aprovechar las múltiples oportunidades de permitir a Dios ser una realidad cotidiana en nuestra vida y en las de quienes nos rodean, porque la Eternidad contempla nuestros hechos y hacia ella vamos.

Si somos sinceros debemos aceptar nuestra:
  • Ignorancia en referencia al “tiempo” y su desarrollo.
  • Indiferencia ante los peligros que desconocemos.
  • Imposibilidad de librarnos de un mal repentino.
Cinco razones por las cuales la vida es una paradoja:
  1. Nos enseña pero normalmente esas lecciones llegan demasiado tarde… Nuestro vocabulario está lleno de expresiones tales como: “Si hubiera sabido”, “¿Por qué no me dijiste?”, “Nunca más lo voy a hacer”, etc. Estas demuestran que la mayoría de nuestros errores nacen de situaciones no previstas o desconocidas.
  2. Aprendemos muchas cosas a lo largo de la vida pero nadie puede enseñarnos a vivir. Esa es la razón por la cual Salomón recomienda que hagamos todo lo que venga a nuestra mano para hacer. Vamos descubriendo como hacerlo de la misma manera en que leemos un pergamino, desenvolviendo cada día para aprender un poco más.
  3. No hay manera que nuestras capacidades, dones o talentos nos garanticen los buenos resultados. Solemos pensar que ya tenemos el camino asegurado, pero esto de ninguna manera es así. En una sociedad que valora de manera superlativa la belleza, la riqueza o el conocimiento, nadie puede asegurar que buena presencia, dinero o sabiduría van a generar una vida dichosa y exenta de dolores.
  4. Los problemas nunca avisan, llegan sin que los esperemos. Un día soleado puede tener agazapada una tormenta de características huracanadas. No sabemos cuando y de donde vendrá la angustia, solo sabemos que esta incertidumbre debe transformarnos en personas más reflexivas. No necesitamos sufrir una pérdida para lamentar el tiempo perdido cuando podemos disfrutar cada día haciendo lo correcto y viviendo plenamente.
  5. Dios es Soberano y permite situaciones que nos descolocan para nuestro bien. Si todo fuera previsible y se encontrara bajo nuestro control nos creeríamos dioses. El en su Bondad sabe lo que necesitamos y cuando lo necesitamos.
Esa era la razón por la que Pablo escribía a los Corintios:
  • “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”  (2 Corintios 12:9-10)
Recordemos: Hay una sola manera para prepararse para el “día malo”… Viviendo cada día como “bueno”...
DECH

No hay comentarios:

Publicar un comentario