domingo, 11 de agosto de 2013

Seguros en lo Alto...

En la Biblia leemos: “Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría” (Salmos 55:6)

El escrito, en una de sus partes, decía así: “Quien confunda levantar vuelo con soberbia, en algún momento deberá saber planear, resistir, recuperarse del descenso o de lo que es peor, la caída. Tampoco  sirve de nada insistir con querer tener alas o creer que las alas son las que nos garantizan el poder volar”

Dios nos da la posibilidad de volar alto, muy alto, a veces altísimo, pero nunca perdamos de vista que lo hacemos por El  y no por nosotros mismos... El nos da la oportunidad y las herramientas para hacerlo. El nos lleva consigo para disfrutar de Su Grandeza:
  • “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí” (Éxodo 19:4)
  • “Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos... entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza...” (Eclesiastés 9:11, 16)
  • “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31)
En ocasiones, el pecado nos hará caer, aún de lo más Alto:
  • “Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente” (Isaías 30:12-13)
Sin embargo, aunque cayéramos, sepamos que podremos levantar vuelo nuevamente, según Proverbios 24:16: “Porque siete veces cae el justo y vuelve a levantarse..."

Dios desea que vivamos en lo Alto; si dependemos constantemente de El, puede ser una condición permanente para nosotros:
  • “Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas... Jehová en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias ondas del mar... La santidad conviene a tu casa..." (Salmos 18:33; 93:4,5)
  • “El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras” (Isaías 33:15; 58:14)
Recordemos: Dios habita en las Alturas, y podemos disfrutar de Su Compañía, andando en Sus Caminos y obedeciendo Su Palabra...
TBS

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