sábado, 24 de agosto de 2013

Todos los ámbitos…

Ayer dijimos que Salomón se enfoca en el área personal y en la laboral o profesional cuando habla del “todo” que debemos procurar hacer...

Siempre me ha llamado la atención la tendencia humana a priorizar unos acontecimientos sobre otros, como si en algunos hubiera una categoría superior de vida y los demás merecieran ser atendidos con apatía o desencanto. En este sentido, solemos “abrir un paréntesis” a nuestra existencia, por ejemplo, cuando salimos de nuestra casa hacia el trabajo y esperamos con ansias el momento en que cerraremos ese ciclo a la hora de retornar al hogar. No podemos despreciar largos períodos de existencia solo porque disfrutamos más de ciertas actividades.

Lo personal: ¿Cómo anda la familia? Salomón dice sin muchas vueltas: “Goza de la vida con la mujer que amas…” (Eclesiastés 9:9), concepto que está relacionado con otros pasajes en relación a la vida matrimonial y familiar.

En el Salmo 128 se describe la dicha familiar como el momento en que el hombre puede sentarse a la mesa y compartir una comida con su esposa e hijos y tener la posibilidad de llegar a ver a sus nietos correteando por allí. Estoy seguro que esto es lo “máximo” que podemos soñar, concepto que comparten conmigo muchas personas de edad avanzada que dan crédito de ello. Una relación satisfactoria de pareja, afecto filial, relaciones estrechas con los hijos y poder ver la extensión del hogar en las futuras generaciones… No hay dudas, ¡No hay nada mejor!…

Lo Laboral: ¿Bendición o Maldición? Dice también Salomón en Eclesiastés 9:9… “porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol”.
Nuestra tendencia a no poner el máximo empeño en esa área nebulosa de nuestra vida llamada “trabajo” suele llevarnos a desaprovechar oportunidades maravillosas de relacionarnos con personas, desarrollar capacidades y dejar marcas trascendentes en la sociedad.

¿Por qué menoscabamos tanto el tiempo laboral?… bueno, creo que en el inconciente colectivo hay una mala interpretación de Génesis 3:17-19

Como suele suceder, tomamos algunas partes de la Escritura fuera de su contexto y sacamos conclusiones apresuradas. La frase: “Comerás el pan con el sudor de tu frente” suele aplicarse al trabajo y se concluye que este es la maldición aplicada al hombre, mientras que para la mujer el castigo fueron los dolores de parto.

Siendo concreto, puedo afirmarle que La Biblia NO dice que el trabajo sea una maldición, sino que la tierra fue considerada maldita, por lo cual los frutos que produce deben ser extraídos con singular dedicación.

Lo perpetuo: ¿Pensó en la Eternidad? Salomón explica de esta manera la razón para que dediquemos especial atención al presente: “porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (v10)

Dice el Apóstol Pablo en 2 Corintios 6:2, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”

Aunque no lo entendamos cabalmente cada día que pasamos en esta tierra aportamos nuestro granito de arena a las cosas eternas. Una decisión esencial es relacionarnos con Dios por medio de Jesucristo como Nuestro Salvador Personal, y a partir de allí vivir de tal manera que cada aspecto de la existencia tenga un efecto más allá de lo temporal.

Recordemos: Hagamos “todo” lo que podamos hoy… Mañana… Será otro día…
DECH

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