jueves, 8 de agosto de 2013

Interesarlos...

En la Biblia leemos: “Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar” (Proverbios 4:11)

La nota decía: “Despertar interés en los recién llegados  al mundo no resulta sencillo porque los adultos nos hemos retirado de esa responsabilidad por considerarlos autosuficientes”

¡Cuán cierto puede resultar!... Cuántas veces escuchamos decir a personas mayores que “los chicos de ahora vienen sabiendo”... Pero, ¡esto sí que no es verdad! Posiblemente los medios con los que contamos desarrollen cierta atención o intereses en los niños que a los adultos nos hacen pensar así. Puede ser que la incentivación constante que se recibe en la televisión, los medios electrónicos y otros, ayuden a que sean más vivaces. Sin embargo, los niños necesitan hoy, como ayer, ser enseñados y guiados en todo aquello que los convertirá en adultos útiles y de bien, y muy especialmente en la Palabra de Dios...
  • “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15)
El autor de la nota decía de sus padres: “Gracias a su interés en señalar para mí puertas que de no ser por ellos hubieran permanecido invisibles, es que décadas después me interesé en...”
  • “Guarda hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre; átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen... Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 6:20-23; 22:6)
Un analista expresa que “la cultura contemporánea reconoce la existencia de un mundo infantil autónomo, cuyo gobierno ha entregado a los propios niños... la autoridad está dentro del grupo infantil, el adulto queda inerme frente a los niños, con lo que se rompen las relaciones normales entre niño y adulto...”
Pensando así, los niños quedan librados a sí mismos, con los peligros que esto trae consigo:
  • “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él” (Proverbios 22:15)
En el Salmo 78 leemos:
  • “Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca... hablaré cosas escondidas... las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios, que guarden sus mandamientos...”
Recordemos: No tratemos de escapar a nuestras responsabilidades como adultos ante los niños, especialmente en lo que concierne a enseñarles la Palabra de Dios...
TBS

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